Jornadas por la Paz 2010 - Nerja (Málaga)


JORNADAS POR LA PAZ - “Otro mundo es posible”


El presente material didáctico ha sido preparado desinteresadamente por Artes Libres (www.arteslibres.net) y la Asociación Cultural Entrelineas para la preparación, en cooperación con la Asociación Tod@s Ciudadan@s de unas jornadas por la paz celebradas en Nerja (Málaga).

Una vez terminadas las jornadas y la exposición incluída en la misma, se decidió poner el material libremente a disposición de los centros de enseñanza y asociaciones culturales.

Las jornadas por la paz celebradas en Nerja y la exposición son tan sólo una sugerencia a la hora de tratar el tema, pudiéndose abordar desde diferentes puntos de vista y utilizar en todo o en parte el presente material.

Se ruega que al recibirlo se haga una copia del mismo y se le dé la mayor difusión posible. Gracias.

Otro mundo es posible y está en nuestras manos poner nuestro grano de arena para conseguirlo.

Saludos

 

   

INSTRUCCIONES MONTAJE MANO SOLIDARIA:
 

 

En la pared o panel se coloca en el centro la imagen “¿Qué podemos hacer por la paz?” y saliendo de cada uno de los dedos una cinta que lleva a un apartado con un texto debajo:

 

DEMOCRACIA PARTICIPATIVA

EDUCACIÓN

SOLIFDARIDAD ONGs

ECOLOGÍA

DESARROLLO PERSONAL

  

 

 

 

DEMOCRACIA PARTICIPATIVA: Utopías y realidades

Hace apenas un par de siglos, cuando se alzaron las primeras voces manifestando que era indigno de la condición humana que una persona pudiera comprar a otra en un mercado y disponer de su vida como de la de cualquier otro objeto de su propiedad, no sólo se les llamó utópicos, ilusos e ingenuos, se les recordó, con cierta aunque insuficiente lógica, que nunca se cambiaría aquello que había sido costumbre durante miles de años, desde el mismo nacimiento de la humanidad.
Hoy, la sola idea de comprar un ser humano nos repugna y parece, simplemente, absurda.

Hace exactamente un siglo, en la época de nuestros abuelos, cuando surgía en los distintos parlamentos europeos el debate sobre la posibilidad de otorgar derecho a voto a las mujeres, el proceso histórico se repitió una vez más: quienes eran tachados de utópicos, ingenuos y alejados de la realidad proponían la equiparación de derechos de esa mitad de la humanidad injustamente alejada de las decisiones sociales. Los conservadores de entonces, al tiempo que insultaban y se mofaban de los hombres y mujeres progresistas, aseguraban que tal cosa nunca sería realidad.
Hoy nos parece tan natural que las mujeres voten que ni los grupos ultraconservadores se atreven a cuestionarlo.

Esos dos cambios sociales, posiblemente los de mayor trascendencia en la historia de la humanidad, no se produjeron tras una cruenta guerra mundial, a pesar de que afectaban, a todas las sociedades humanas del planeta, sino mayoritariamente mediante el diálogo.

Hoy en día son cada vez más numerosos los grupos que plantean que es necesaria una reestructuración de los sistemas democráticos para transformarlos, mediante el voto electrónico a través de sistemas informáticos, en sistemas de participación continua de los ciudadanos, en sistemas verdaderamente democráticos, que evitarían tanto leyes injustas como el estallido de conflictos bélicos que sólo benefician a ciertas corporaciones empresariales.
Lo denominan “democracia directa” o “democracia participativa”.
Hay quien les tacha de utópicos e ingenuos.

Actualmente, la cifra de gasto anual en armamento equivale al 2,4% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial y a 217 dólares por cada habitante del planeta, sin embargo los gobiernos se muestran incapaces de apartar de ese gasto monstruoso el 1% necesario para evitar la muerte, cada día, de 36.000 niños por falta de comida o medicinas básicas.  ¿Sería posible un mundo tan injusto si los ciudadanos votáramos las principales leyes que nos gobiernan en una democracia más evolucionada?¿Cuánto tardaríamos en prohibir por ley las guerras y los paraísos fiscales?¿Votaría usted  regalar cientos de miles de millones de dinero público para salvar empresas y bancos privados mal administrados, los mismos que provocaron la crisis actual con su codicia y pésima gestión?¿O votaría usar la milésima parte de ese dinero público para salvar a diario la vida de esos 36.000 niños que mueren por causas evitables?

¿No es posible hacer evolucionar la democracia hasta ese punto? Eso se decía, hace justo un siglo, sobre la capacidad de votar de las mujeres y hace dos siglos, sobre la capacidad de tomar decisiones sociales de quien no perteneciera a la aristocracia.

Quienes hacemos del estudio de la historia un trabajo, un placer, o ambas cosas, sabemos que ese ha sido el continuo y repetido proceso que ha hecho evolucionar las sociedades humanas, el reparto, cada vez más igualitario y horizontal, de la toma de decisiones que afectan al conjunto de los ciudadanos.

El tiempo ha venido a mostrar que, al final, el ingenuo no es quien plantea una idea aparentemente utópica o una solución basada en el diálogo en vez de en la fuerza.

Los verdaderos ingenuos, la historia lo ha demostrado reiteradamente, han sido quienes han creído poder detener la evolución, quienes aún no han aprendido aquella magistral lección que Aristóteles nos enseñó en una sola frase:
"Lo único permanente es el cambio".

Nekovidal – nekovidal@arteslibres.net

                     

 

 

PARTICIPATORY DEMOCRACY: Utopia and Reality 

Just a few centuries ago, when a few people first raised their voices in protest at the human indignity of one person being able to buy others in the marketplace and treat them as if they were just another commodity, not only were they called utopian, gullible and naïve, but they were reminded with a certain (faulty) logic that what had been the custom for thousands of years, since the beginning of mankind, would never change.  Today, the very idea of buying a human being not only strikes us as loathsome but also seems absurd. 

Exactly a century ago, in the time of our grandparents, when a debate surfaced in European parliaments about the possibility of extending the right to vote to women, history repeated itself; those who proposed the change were branded utopian, naïve and removed from reality for proposing the granting of rights to that half of humanity, which had been unjustly excluded from decision making on social issues.  The conservatives of the time, while insulting and mocking progressive men and women, maintained that such a thing would never become a reality.  Today we think it so natural that women have the vote that not even those on the extreme right dare question it. 

Despite affecting all human societies on the planet, these two social changes, possibly two of the most important in the history of humanity, did not come about as a result of a bloody world war, but primarily through dialogue. 

An increasing number of groups these days believe it is necessary to restructure democratic systems in order to change them into systems of continuous participation for citizens, into truly democratic systems, by means of electronic voting and the use of Information Technology; this would not only avoid unjust laws being passed but also the outbreak of conflicts which benefit only certain commercial companies.  This they call “direct democracy” or “participatory democracy”.   There are some who brand these people utopian or naïve. 

Currently the amount spent on arms equates to 2.4% of the world’s Gross Domestic Product (GDP), or $ 217 for each person on the planet; however, governments prove themselves incapable of putting aside from this enormous figure the 1% needed to prevent the death of 36,000 children each day through lack of food or basic medicines.  Would such an unjust world be possible if its citizens voted for the principal laws by which we were ruled in a developed democracy?  How long would it take to legally prohibit wars and tax havens?  Would you vote to spend hundreds of thousands of millions of dollars of public funds on rescuing poorly managed private businesses and banks, the same ones which caused the current crisis through their greed and abysmal management?  Or would you vote to use just a thousandth of this public money to save the lives of those 36,000 children who die unnecessarily each day? 

Perhaps it is not possible for democracy to evolve sufficiently to reach this level?  This used to be said just a century ago regarding the capacity of women to vote, and two centuries ago about the capacity of anybody who did not belong to the aristocracy to make decisions on social issues. 

Those of us who study history for reasons of work or pleasure or both, know that this has been the continuous and repeated process which has made human society evolve: the increasingly egalitarian and horizontal distribution of decision making which affects citizens as a whole. 

The time has come to show that in the end the naïve person is not the one who puts forward an apparently utopian idea or a solution based on dialogue instead of force.  The truly naïve people, as history has repeatedly demonstrated, are those who believed they could stop evolution, those who have not learnt the masterly lesson that Aristotle taught us in the single sentence: 

The only constant is change.

 

Nekovidal – nekovidal@arteslibres.net

Traducción español-inglés: Chris Beynon 

 

                     

 

 

EDUCACIÓN

Si fuéramos conscientes de la importancia de la educación en nuestras vidas y las de nuestros hijos, posiblemente cambiaríamos en muchos aspectos nuestra existencia: no tiene sentido utilizar gran parte de nuestro tiempo vital en conseguir dinero con el que mejorar nuestro nivel de vida material si para ello renunciamos al tiempo necesario para educar a nuestros hijos y compartir con ellos los momentos más trascendentales de sus vidas.

No deja de ser llamativo que en las sociedades que consideramos avanzadas se exija pasar por una serie de exámenes para manejar una máquina como un automóvil pero no se requiera ningún test para identificar, en los futuros padres, actitudes o comportamientos psicopáticos que darán lugar en el futuro a previsibles maltratadores.

Ni siquiera los datos más imprescindibles se les facilitan a los futuros padres, como la enorme trascendencia de los primeros cuatro años de vida en el desarrollo de la personalidad del niño.

Por otra parte, en muchas sociedades del Primer Mundo se ha pasado de estrictos esquemas patriarcales autoritarios a relaciones en las que el antiguo rol dominante paterno ha sido asumido por los hijos. Entre ambos extremos existe un equilibrio sano y deseable que permite mantener dentro del ámbito familiar relaciones respetuosas entre todos sus miembros.

A nivel social, no deja de ser llamativo que distintos gobiernos de todas las ideologías carezcan de la valentía y visión de futuro necesarios para llevar a cabo una auténtica reforma educativa que aproveche sistemas pedagógicos que han demostrado sobradamente su eficacia, como Summerhill en el Reino Unido y la Escuela Libre en España. Algunos sociólogos y educadores apuntan a que la verdadera razón es que dichos sistemas, efectivos incluso con niños y jóvenes conflictivos, tienen el ”inconveniente” de dar lugar a personas tan críticas como autocríticas y difícilmente manipulables, lo cual, al parecer, no sería del agrado de las clases dirigentes.

Estos inconvenientes no deberían evitar que intentáramos aplicar, tanto a nivel personal como familiar, dichos avances y descubrimientos pedagógicos, a los que es fácil acceder a través de cualquier biblioteca o internet.

Un antiguo refrán hindú resume una buena educación en los siguientes términos: “Hasta los cuatro años, dale a tu hijo cuanto necesite para evitarle todo dolor y sufrimiento. Desde los cinco a los quince, enséñale a respetarse a si mismo y la disciplina necesaria para respetar a los demás. A partir de los quince años, intenta simplemente ser para él un buen amigo.”

Nekovidal – nekovidal@arteslibres.net

                        

 

 


ECOLOGÍA

No hace muchos años el tema ecológico era mirado con cierto desdén por gran parte de la población, como una idea extraña de grupos de ecologistas radicales. El tiempo, por desgracia, le ha ido dando la razón a aquellos jóvenes conservacionistas, e incluso se ha visto que no sólo eran ciertos los peligros que anunciaban, sino otros muchos que ni se sospechaban entonces. Ya son muy pocos quienes, hoy por hoy, se atreven a negar una degradación del medio ambiente que pone en peligro nuestra misma existencia como especie.

De todos es conocido el hondo sentir ecologista de varios pueblos de todo el mundo, habiendo tenido especial eco la de varias culturas nativas de Norteamérica. Las palabras del Jefe Seattle son elocuentes por si mismas:

 

“Vosotros debéis enseñar a vuestros hijos que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Debéis enseñar a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñados a los nuestros: que la tierra es nuestra madre. Todo lo que afecta a la tierra afecta a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen el suelo se escupen a sí mismos.

Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra. Lo sabemos. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia.”

Menos conocido es el dato de que esos pueblos americanos, que desde hace siglos mantienen una actitud respetuosa hacia la naturaleza, cometieron hace unos 11.000 años los mismos errores que nosotros estamos cometiendo ahora: la caza masiva y la deforestación dio lugar a hambrunas que diezmaron a la población humana de aquella época. Después, tras esos trágicos errores, aprendieron . . .  Esperemos que no tengamos que pasar por tan amargo camino para aprender a respetar la naturaleza.

La posibilidad de reciclar y tener una actitud respetuosa ante la naturaleza se encuentra al alcance de cualquiera de nosotros y es, sin duda, un gran paso hacia la paz.

Nekovidal – nekovidal@arteslibres.net

 

                         

 

 

SOLIDARIDAD: ONGs

“Quien realmente quiere hacer algo, encuentra una forma de hacerlo. Quien en realidad no quiere, encuentra una disculpa.” (Proverbio árabe)

La expresión Organizaciones no Gubernamentales (ONG) nació a raíz de la invitación recibida por algunas organizaciones sociales por parte de La ONU en la década de 1960, para asistir a sus asambleas como invitadas. Dado que la ONU es una organización de estados se buscó diferenciar los niveles, de ahí el nombre de organización no gubernamental. Las ONG tienen como radio de acción desde un nivel local a uno internacional. Cubren una gran variedad de temas y ámbitos que definen su trabajo y desarrollo. Dichos temas están relacionados con ayuda humanitaria, salud pública, investigación, desarrollo económico, desarrollo humano, derechos humanos, ecología, etc.

No tratan de reemplazar las acciones de los Estados u organismos internacionales en sus correspondientes países, sino de cubrir y ayudar en aquellas áreas en las cuales no existen políticas sociales o económicas, o bien cuando estas políticas resultan insatisfactorias para algunos grupos de la sociedad. También denuncian las infracciones de los gobiernos, la corrupción y los abusos.

Quienes tenemos el privilegio de vivir en el Primer Mundo no podemos cerrar los ojos a la tragedia que a diario recorre el planeta: 36.000 niños muertos cada día por falta de alimento o medicinas básicas significa una vergüenza colectiva a la que no podemos mostrarnos indiferentes. Por apurada que sea nuestra situación económica, nadie puede, sinceramente, declararse incapaz de aportar, cuanto menos, 5 euros mensuales a una ONG. Esos cinco euros se pueden transformar en 7 vacunas que salvarán siete vidas, o en la comida semanal de una persona. No podemos escudarnos en la ineptitud o corrupción de los diferentes gobiernos para justificar nuestra pasividad, pues estaríamos cayendo en una irresponsabilidad similar. Pongámonos por un momento en el lugar de las personas que se encuentran al otro lado: una disculpa no les salvará la vida al hijo enfermo o desnutrido en sus brazos, pero una vacuna o un plato de comida, sí.

Hay cientos de organizaciones y decenas de miles de voluntarios en todo el mundo, y la inmensa mayoría de estos grupos cumplen honestamente con su cometido de ayudar a los más desfavorecidos. A la hora de elegir una de ellas, cada uno puede optar por las que considere que ayudan en los temas más vitales, pero es recomendable no colaborar con las que tengan algún tipo de afiliación política o religiosa, ya que no se puede garantizar su ecuanimidad e independencia a la hora de distribuir las ayudas.          El resto, queda en la conciencia de cada uno de nosotros . . .

Nekovidal – nekovidal@arteslibres.net

                    

      

 

 

DESARROLLO PERSONAL

“Si un problema tiene solución, no sufra y soluciónelo.                                     Si no tiene solución, ¿para qué sufre?” (Proverbio inglés)

No es posible la paz entre las personas si no la encuentran primero dentro de si mismas. La paz no es sólo la ausencia de guerra, es un estado mental, una actitud ante la vida. No hay forma más efectiva de fomentar la paz que intentar desarrollarla desde nuestro interior, si se da adecuadamente ese paso, los restantes de solidaridad, respeto por el medio ambiente, educación e implicación en asuntos sociales, vendrán por añadidura.

Se dice que las particularidades que transforman a los seres humanos en una especie única en este planeta son, básicamente, dos: nuestra capacidad para almacenar y transmitir información, que nos permite disfrutar de miles de objetos e ideas creadas por nuestros antepasados ya desaparecidos, y la capacidad de ayuda mutua y empatía, demostrada científicamente con el descubrimiento reciente de las neuronas espejo, que nos permiten sentir el sufrimiento de un semejante sólo observándolo, sin padecerlo en nosotros mismos. Esa es la base que da lugar al milagro de que un bombero, un médico, un policía, o cualquiera de nosotros, arriesgue su vida ante una tragedia por salvar la de otra persona, a la que ni siquiera conoce. Esos actos, que podemos identificar como bondad o empatía, no constituyen una actitud heroica, sino un ejemplo de inteligencia emocional y del verdadero poder colectivo de nuestra especie.

A menudo, al echar un vistazo a la situación en que se encuentra nuestro mundo, es fácil caer en una sensación de frustración o impotencia ante tanta injusticia y dolor, pero no deberíamos olvidar que, a pesar de todo, el mundo se encuentra mucho mejor ahora que hace tan sólo un siglo, y, aunque a veces no lo parezca, ante la repetición de errores del pasado, y aunque sea lentamente, evolucionamos y progresamos.

Está demostrado científicamente que el estrés y el sufrimiento en general hacen funcionar nuestra mente por debajo de sus capacidades y que esa actitud, que a nadie beneficia, puede ir socavando nuestra capacidad de análisis y en general nuestro bienestar y el de nuestros semejantes. En vez de la tan común actitud de ira e indignación ante las injusticias y desastres de todo tipo, deberíamos pensar de qué forma podemos colaborar para enmendarlas, poner nuestro grano de arena, por pequeño que sea, y no sufrir por ello más de lo imprescindible para aprender.

No siempre podemos transformar nuestro sacrificio en bienestar para quienes nos rodean, pero todos podemos empezar por sembrar la paz en nuestro interior al tiempo que colaboramos en mejorar el mundo en que vivimos. Por pequeña que sea nuestra ayuda, parecerá enorme a quien la reciba, hoy, ellos, mañana, tal vez nosotros . . .

Nekovidal – nekovidal@arteslibres.net

 

                      

 

 

 

                                                                                                     (Imagen: Ben Goosens)

Para celebrar la llegada a mi edad avanzada he escrito algunas lecciones que me ha enseñado  la vida:

 *       La vida no siempre es justa, pero aún así es buena.

*       La vida es demasiado corta para perder el tiempo odiando a alguien.

*       Tu trabajo no te cuidará cuando estés enfermo. Tus amigos y familia sí. Mantente en contacto.

*       No tienes que ganar cada discusión. Debes estar de acuerdo en no estar de acuerdo.

*       Llora con alguien. Alivia más que llorar solo.

*       Haz las paces con tu pasado para que no arruine el presente.

*       No compares tu vida con la de otros. No tienes ni idea de cómo es su travesía.

*       Respira profundamente. Eso calma la mente.

*       Elimina todo lo que no sea útil, hermoso o alegre.

*       Lo que no te mata, en realidad te hace más fuerte.

*       Nunca es demasiado tarde para tener una niñez feliz. Pero la segunda sólo depende de ti.

*       Enciende unas velas y utiliza las sábanas bonitas. No la guardes para una ocasión especial. Hoy es especial, y el mañana tal vez no exista.

*       Sé excéntrico ahora. No esperes a llegar a viejo para serlo.

*       El órgano sexual más importante es el cerebro.

*       Nadie es responsable de tu felicidad, sólo tú.

*       Enmarca todo supuesto "desastre" con estas palabras: "Dentro de cinco años, ¿esto importará?" Eso te permitirá verlo objetivamente.

*       Perdona todo a todos, porque todos cometemos errores.

*       Lo que las otras personas piensen de ti, no te incumbe.

*       El tiempo sana casi todo. Dale tiempo al tiempo.

*       Por muy buena o mala que sea una situación, algún día cambiará.

*       No te tomes tan en serio. Nadie más lo hace.

*       No cuestiones la vida. Sólo vívela y aprovéchala al máximo hoy, aprendiendo a vivir y dejar vivir a los demás.

*       Llegar a viejo es mejor que la alternativa . . .morir joven.

*       Todo lo que verdaderamente importa al final es que hayas amado.

*       Sal todos los días. Los milagros están esperando en todas partes.

*       Si juntáramos nuestros problemas y viéramos los montones de los demás, querríamos los nuestros.

*       La envidia es una pérdida de tiempo. Tú ya tienes todo lo que necesitas.

*       Lo mejor está aún por llegar.

*       La vida no está envuelta con un lazo pero sigue siendo un regalo.

 

Escrito por Regina Brett, periodista de "The Plain Dealer", Cleveland, Ohio (U.S.A.)

 

 

 

INSTRUCCIONES PREPARACIÓN CINTA GASTO MUNDIAL EN ARMAMENTO:

Con una cinta de video VHS o cualquier otro tipo de cinta, se cortan 50 metros y se señala el 1% (50 centímetros) de otro color (amarillo, por ejemplo). La cinta representa el gasto mundial anual en armamento y el 1% indica la parte de ese total que sería necesario utilizar para evitar la muerte diaria de 36.000 niños en el mundo por causas evitables (comida, vacunas y asistencia sanitaria mínima).

La cinta se puede colocar en las paredes del aula, patio o entrada al centro escolar.

Se pueden hacer exposiciones similares utilizando diferentes unidades de medida: edad del universo en proporción a la de la especie humana, edad de la Tierra en relación a nosotros, etc.

 

 

LA CINTA QUE TIENE ANTE USTED REPRESENTA EL GASTO MUNDIAL EN ARMAMENTO DEL ÚLTIMO AÑO. LA ZONA EN AMARILLO, EL 1% (UNO POR CIENTO), REPRESENTA EL DINERO QUE SERÍA NECESARIO ANUALMENTE PARA SALVAR DE LA MUERTE A LOS 36.000 NIÑOS QUE CADA DÍA FALLECEN EN EL MUNDO POR FALTA DE ALIMENTOS O MEDICINAS BÁSICAS.

Los gastos en material bélico en todo el mundo totalizaron el año pasado 1,464 billones de dólares (1.464.000.000.000 dólares). La cifra de gasto anual en armamento equivale al 2,4% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial y a 217 dólares por cada habitante del planeta, de acuerdo con el SIPRI (Instituto de Investigación para la Paz de Estocolmo).

Durante la Primera Guerra Mundial murieron 8.000.000 de personas; en la Segunda Guerra Mundial el resultado fue de 56.000.000 de muertos, y se calcula en una cifra similar los muertos en otros conflictos bélicos a lo largo del pasado siglo veinte.

Veamos algunos datos comparativos: Un avión bombardero equipado vale lo mismo que:

*El salario de 250.000 maestros durante un año, o

*El coste de construir 30 facultades de ciencias con 1.000 estudiantes cada una, o

*75 hospitales de 100 camas cada uno, completamente equipados, o

*El coste de 50.000 tractores.

Decida usted cuántos aviones bombarderos sobran en el mundo y cuántos hospitales, universidades o tractores faltan . . .

Un sólo portaaviones, el estadounidense Nimitz, ha costado cuatro mil quinientos millones de dólares (4.500.000.000 $). Según los cálculos de Unicef y de otros organismos de Naciones Unidas, con tres portaviones como el Nimitz se podría dar comida y medicinas, durante un año, a todos los niños hambrientos y enfermos del mundo, que están muriendo a un ritmo de 36.000 por día. Dicho de otra manera, el coste de tres portaaviones como el Nimitz equivale, anualmente, a la vida de 13.140.000 niños y todas esas vidas infantiles se podrían salvar cada año usando para ello tan sólo el gasto mundial en armamento de tres días.

Los 1.464.000.000.000 dólares que gastan los gobiernos y ejércitos del mundo en un sólo año, serían suficientes para garantizar que no moriría un sólo niño más en el mundo por hambre o falta de medicinas durante ¡ciento once años!

Mientras tanto la palabra PAZ se queda sólo en eso . . . en una palabra.

Sólo nos resta una pregunta: si viviéramos en una democracia más avanzada, una democracia participativa, como se está comenzando a proponer y aplicar a pequeña escala en algunos puntos del mundo, donde las decisiones más importantes, como declaraciones de guerra o reparto de presupuestos, son decididas mediante votación por todos los ciudadanos: ¿Cuánto tardaría usted en votar la reducción de ese 1% del presupuesto anual en armamento para salvar de la muerte, cada día, a esos 36.000 niños?

Nekovidal – nekovidal@arteslibres.net

 

                              

 

 

 

                      

THE BAND WHICH YOU HAVE BEFORE YOU REPRESENTS LAST YEAR’S INTERNATIONAL SPENDING ON ARMAMENTS.  THE AREA IN YELLOW, THE 1%, REPRESENTS THE MONEY WHICH WOULD BE NECESSARY IN ONE YEAR TO SAVE THE LIVES OF THE 36,000 CHILDREN IN THE WORLD WHO DIE EACH DAY THROUGH LACK OF FOOD OR BASIC MEDICINES. 

Last year the money spent on weapons throughout the world totalled 1,464 billion dollars ($1,464,000,000,000).   According to the Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) the annual sum spent on armaments is equivalent to 2.4% of world’s Gross Domestic Product (GDP) or $217 for each of the planet’s inhabitants. 

During the First World War 8,000,000 people died; in World War II the number of dead reached 56,000,000 and it is estimated that during the whole of the twentieth century a similar number of people died in other conflicts. 

Let’s look at some comparative figures.  A fully equipped bomber airplane costs the same as: 

The annual salary of 250,000 teachers; or

Building 30 science faculties, each for 1,000 students; or

75 fully equipped 100-bed hospitals; or

50,000 tractors.

 Now, you decide how many surplus bombers there are in the world and how many hospitals, universities or tractors are lacking ... 

Just one aircraft carrier, the United States’ Nimitz, cost four thousand five hundred million dollars ($4,500,000,000).  According to figures from UNICEF and other United Nations organisations, the money for three aircraft carriers such as the Nimitz would buy food and medicines for the all the starving and sick children in the world for a year, children who are dying at a rate of 36,000 a day.  In other words the annual cost of three aircraft carriers such as the Nimitz is equivalent to the life of 13,140,000 children, and each year all these young lives could be saved by using the sum spent in three days on armaments worldwide. 

The $1,464,000,000,000 spent by the world’s governments and armies in a single year would be enough to guarantee that not a single child in the world would die through lack of food or medicine for the next 111 years! 

Meanwhile the word PEACE is just that … a word. 

Just one question remains: if we lived in a more advanced democracy, a participatory democracy, of the type that is proposed and implemented on a small scale in some parts of the world, and if the most important decisions such as declarations of war or proportioning of the budget were decided by a vote involving all citizens, how long would it take for you vote in favour of reducing by 1% the amount spent annually on armaments in order to save from death those 36,000 children who die each day?

Nekovidal – nekovidal@arteslibres.net

Traducción español-inglés: Chris Beynon 

 

                         

 

                          

Todo es adrede

De todos los tiempos, los viejos y los nuevos, quedan virutas de la vida. A pesar de las tropas invasoras, de las religiones que bendicen las guerras, de los profesionales de la tortura, de los imperios del asco, de los amos del petróleo, del fanatismo con los misiles. A pesar de todo, van quedando las virutas de la vida. A ellas nos abrazamos y encomendamos, con ellas nos nutrimos nuestra endeble conciencia y alimentamos sueños y ensoñaciones.

Todo es adrede, bien lo sabemos. Desde el maleficio de las drogas hasta el desmantelamiento de la juventud. Todo está destinado a que no creamos en nosotros mismos y menos aún en el prójimo indefenso.

Nos obligan a vender por peniques el patrimonio virgen, y en el mercado de cambio compran sentimientos con promesas. Todo es adrede: los celos y el recelo, sospechas y codicias, odios en desmesura, el rencor y la pugna. La consigna es someternos, mentirnos el futuro, reconocernos en nada.

Todo es adrede y por eso construyen ideologías/basura donde intentan moler las virutas de la vida. De la vida. La nuestra. Ah, pero no podrán. También nosotros creamos nuestro adrede. Aposta lo gastamos. Y adrede ya sabemos cómo sobrevivir.

(Mario Benedetti)

 

 

                    

    La superioridad del capitalismo

¿Qué es una crisis capitalista? Veamos en primer lugar lo que no es una crisis capitalista:

Que haya 950 millones de hambrientos en todo el mundo, eso no es una crisis capitalista.
Que haya 4.750 millones de pobres en todo el mundo, eso no es una crisis capitalista.
Que haya 1.000 millones de desempleados en todo el mundo, eso no es una crisis capitalista.
Que más del 50% de la población mundial activa esté subempleada o trabaje en precario, eso no es una crisis capitalista.
Que el 45% de la población mundial no tenga acceso directo a agua potable, eso no es una crisis capitalista.
Que 3.000 millones de personas carezcan de acceso a servicios sanitarios mínimos, eso no es una crisis capitalista.
Que 113 millones de niños no tengan acceso a educación y 875 millones de adultos sigan siendo analfabetos, eso no es una crisis capitalista.
Que 12 millones de niños mueran todos los años a causa de enfermedades curables, eso no es una crisis capitalista.
Que 13 millones de personas mueran cada año en el mundo debido al deterioro del medio ambiente y al cambio climático, eso no es una crisis capitalista.
Que 16.306 especies están en peligro de extinción, entre ellas la cuarta parte de los mamíferos, no es una crisis capitalista.
Todo esto ocurría antes de la crisis. ¿Qué es, pues, una crisis capitalista? ¿Cuándo empieza una crisis capitalista?
Hablamos de crisis capitalista cuando matar de hambre a 950 millones de personas, mantener en la pobreza a 4700 millones, condenar al desempleo o la precariedad al 80% del planeta, dejar sin agua al 45% de la población mundial y al 50% sin servicios sanitarios, derretir los polos, denegar auxilio a los niños y acabar con los árboles y los osos, ya no es suficientemente rentable para 1.000 empresas multinacionales y 2.500.000 de millonarios.
 
Lo que demuestra la superior eficacia y resistencia del capitalismo es que todas estas calamidades humanas -que habrían invalidado cualquier otro sistema económico- no afectan a su credibilidad ni le impiden seguir funcionando a pleno rendimiento. Es precisamente su indiferencia mecánica la que lo vuelve natural, invulnerable, imprescindible. El capitalismo sobrevive y hasta se robustece con la desgracias humanas porque no está pensado para aliviarlas. Ningún otro sistema histórico ha producido más riqueza, ningún otro sistema histórico ha producido más destrucción. Basta considerar en paralelo estas dos líneas -la de la riqueza y la de la destrucción- para ponderar todo su valor y toda su magnificencia. Esta doble tarea, que es la suya, el capitalismo la hace mejor que nadie y en ese sentido su triunfo es inapelable: que haya cada vez más alimentos y cada vez más hambre, más medicinas y más enfermos, más casas vacías y más familias sin techo, más trabajo y más parados, más libros y más analfabetos, más derechos humanos y más crímenes contra la humanidad.
 
¿Por qué tenemos que salvar eso? ¿Por qué tiene que preocuparnos la crisis? ¿Por qué nos conviene encontrarle una solución? Las viejas metáforas del liberalismo se han revelado todas mendaces: la “mano invisible” que armonizaría los intereses privados y los colectivos cuenta monedas en una cámara blindada, el “goteo” que irrigaría las capas más bajas del subsuelo apenas si es capaz de llenar el cuenco de una mano, el “ascensor” que bajaría cada vez más deprisa a rescatar gente de la planta baja se ha quedado con las puertas abiertas en el piso más alto. Las soluciones que proponen, y aplicarán, los gobernantes del planeta prolongan, en cualquier caso, la lógica inmanente del beneficio ampliado como condición de supervivencia estructural: privatización de fondos públicos, prolongación de la jornada laboral, despido libre, disminución del gasto social, desgravación fiscal a los empresarios. Es decir, si las cosas no van bien es porque no van peor. Es decir, si no son rentables 950 millones de hambrientos, habrá que doblar la cifra. El capitalismo consiste en eso: antes de la crisis condena a la pobreza a 4.700 millones de seres humanos; en tiempos de crisis, para salir de ella, sólo puede aumentar las tasas de ganancia aumentando el número de sus víctimas. Si se trata de salvar el capitalismo -con su enorme capacidad para producir riqueza privada con recursos públicos- debemos aceptar los sacrificios humanos, primero en otros países lejos de nosotros, después quizás también en los barrios vecinos, después incluso en la casa de enfrente, confiando en que nuestra cuenta bancaria, nuestro puesto de trabajo, nuestra televisión y nuestro ipod no entren en el sorteo de la superior eficacia capitalista. Los que tenemos algo podemos perderlo todo; nos conviene, por tanto, volver cuanto antes a la normalidad anterior a la crisis, a sus muertos en-otra-parte y a sus desgraciados sin-ninguna-esperanza.
 
Un sistema que, cuando no tiene problemas, excluye de una vida digna a la mitad del planeta y que soluciona los que tiene amenazando a la otra mitad, funciona sin duda perfectamente, grandiosamente, con recursos y fuerzas sin precedentes, pero se parece más a un virus que a una sociedad. Puede preocuparnos que el virus tenga problemas para reproducirse o podemos pensar, más bien, que el virus es precisamente nuestro problema. Y el problema es que esta crisis reveladora, potencialmente aprovechable para la emancipación, alcanza a una población sin conciencia y sin una alternativa elaborada.

En un mundo con muchas armas y pocas ideas, con mucho dolor y poca organización, con mucho miedo y poco compromiso -el mundo que ha producido el capitalismo- la barbarie se ofrece mucho más verosímil que cualquier otro tipo de organización social más lógica, racional y humanista.

                                (Santiago Alba Rico)
 
 

 

 

         

Un discurso para la reflexión

Nombre destacado del fotoperiodismo, Gervasio Sánchez posee una trayectoria pocas veces vista en su profesión. Dedicado casi con exclusividad a la cobertura de conflictos armados, desde 1984 captura imágenes crudas tomadas en los más variados lugares del globo.

Gervasio Sánchez nació en Córdoba hace cincuenta años, y se graduó en Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Autónoma de Barcelona. Pronto se desempeñó como profesional independiente, trabajando para diferentes publicaciones impresas.

Dueño de una valentía inusual, Sánchez cree que con su trabajo debe dar a conocer al público los horrores de la guerra, aunque este objetivo muchas veces ponga en riesgo su vida. Ha realizado la cobertura de la guerra del Golfo, de los conflictos de la antigua Yugoslavia y de Kosovo, entre tantos otros.

En su trabajo “Vidas Minadas”, se puede ver cómo afectaron las minas antipersonas a las poblaciones de lugares como Afganistán, Angola y Camboya. Otras obras de gran importancia son “Kosovo, crónica de la deportación”, “Niños de la Guerra”, “La Caravana de la Muerte. Las víctimas de Pinochet”, “Los ojos de la Guerra”, “Latidos del Tiempo”, “Salvar a los niños soldados” y “Sierra Leona. Guerra y Paz”.

Transcripción del discurso que dio al recibir el premio Ortega y Gasset de periodismo, que otorga El País, y que al parecer nadie ha reproducido por las críticas a los políticos incluídas en el discurso.

 

 

"Me avergüenzo de mis representantes políticos"

Estimados miembros del jurado, señoras y señores:

Es para mí un gran honor recibir el Premio Ortega y Gasset de Fotografía convocado por El País, diario donde publiqué mis fotos iniciáticas de América Latina en la década de los ochenta y mis mejores trabajos realizados en diferentes conflictos del mundo durante la década de los noventa, muy especialmente las fotografías que tomé durante el cerco de Sarajevo.

Quiero dar las gracias a los responsables de Heraldo de Aragón, del Magazine de La Vanguardia y la Cadena Ser por respetar siempre mi trabajo como periodista y permitir que los protagonistas de mis historias, tantas veces seres humanos extraviados en los desaguaderos de la historia, tengan un espacio donde llorar y gritar.

No quiero olvidar a las organizaciones humanitarias Intermon Oxfam, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras, la compañía DKV SEGUROS y a mi editor Leopoldo Blume por apoyarme sin fisuras en los últimos doce años y permitir que el proyecto Vidas Minadas al que pertenece la fotografía premiada tenga vida propia y un largo recorrido que puede durar décadas.

Señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.

Sí, son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad.

Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.

Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película Cuentos de la luna pálida de Kenji Mizoguchi.

Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.

Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.

Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.

Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.

Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.

Muchas gracias.

 

 

 

                 

  

¿Es justa la justicia?

Quiero compartir algunas preguntas, moscas que me zumban en la cabeza. ¿Es justa la justicia? ¿Está parada sobre sus pies la justicia del mundo al revés?


Según la revista Foreign Policy, Somalia es el lugar más peligroso de todos. Pero, ¿quiénes son los piratas? ¿Los muertos de hambre que asaltan barcos o los especuladores de Wall Street, que llevan años asaltando el mundo y ahora reciben multimillonarias recompensas por sus afanes?
¿Por qué el mundo premia a quienes lo desvalijan?

¿Por qué la justicia es ciega de un solo ojo? Wal Mart, la empresa más poderosa de todas, prohíbe los sindicatos. McDonald’s, también. ¿Por qué estas empresas violan, con delincuente impunidad, la ley internacional?
¿Será porque en el mundo de nuestro tiempo el trabajo vale menos que la basura y menos todavía valen los derechos de los trabajadores?

¿Quiénes son los justos y quiénes los injustos? Si la justicia internacional de veras existe, ¿por qué nunca juzga a los poderosos? No van presos los autores de las más feroces carnicerías. ¿Será porque son ellos quienes tienen las llaves de las cárceles?

¿Por qué son intocables las cinco potencias que tienen derecho de veto en las Naciones Unidas?¿Ese derecho tiene origen divino?

¿Velan por la paz los que hacen el negocio de la guerra?    ¿Es justo que la paz mundial esté a cargo de las cinco potencias que son las principales productoras de armas? Sin despreciar a los narcotraficantes, ¿no es éste también un caso de “crimen organizado”?

Pero no demandan castigo contra los amos del mundo los clamores de quienes exigen, en todas partes, la pena de muerte. Faltaba más. Los clamores claman contra los asesinos que usan navajas, no contra los que usan misiles.

Y uno se pregunta: ya que esos justicieros están tan locos de ganas de matar, ¿por qué no exigen la pena de muerte contra la injusticia social? ¿Es justo un mundo que cada minuto destina tres millones de dólares a los gastos militares, mientras cada minuto mueren quince niños por hambre o enfermedad curable?                                                                 ¿Contra quién se arma, hasta los dientes, la llamada comunidad internacional? ¿Contra la pobreza o contra los pobres?

¿Por qué los fervorosos de la pena capital no exigen la pena de muerte contra los valores de la sociedad de consumo, que cotidianamente atentan contra la seguridad pública? ¿O acaso no invita al crimen el bombardeo de la publicidad que aturde a millones y millones de jóvenes desempleados, o mal
pagados, repitiéndoles noche y día que ser es tener, tener un automóvil, tener zapatos de marca, tener, tener, y quien no tiene, no es?

¿Y por qué no se implanta la pena de muerte contra la muerte? El mundo está organizado al servicio de la muerte. ¿O no fabrica muerte la industria militar, que devora la mayor parte de nuestros recursos y buena parte de nuestras energías?  Los amos del mundo sólo condenan la violencia cuando la
ejercen otros. Y este monopolio de la violencia se traduce en un hecho inexplicable para los extraterrestres, y también insoportable para los terrestres que todavía queremos, contra toda evidencia, sobrevivir: los humanos somos los únicos animales especializados en el exterminio mutuo, y hemos desarrollado una tecnología de la destrucción que está aniquilando, de paso, al planeta y a todos sus habitantes.
Esa tecnología se alimenta del miedo. Es el miedo quien fabrica los enemigos que justifican el derroche militar y policial. Y en tren de implantar la pena de muerte, ¿qué tal si condenamos a muerte al miedo? ¿No sería sano acabar con esta dictadura universal de los asustadores profesionales? Los sembradores de pánicos nos condenan a la soledad, nos
prohíben la solidaridad: sálvese quien pueda, aplastaos los unos a los otros, el prójimo es siempre un peligro que acecha, ojo, mucho cuidado, éste te robará, aquél te violará, ese cochecito de bebé esconde una bomba musulmana y si esa mujer te mira, esa vecina de aspecto inocente, es seguro
que te contagia la peste porcina.

En el mundo al revés, dan miedo hasta los más elementales actos de justicia y sentido común. Si las dictaduras militares y los políticos ladrones han sido siempre mimados por la banca internacional, ¿no nos hemos acostumbrado ya a aceptar como fatalidad del destino que el pueblo pague el garrote que lo golpea y la codicia que lo saquea?

Pero, ¿será que han sido divorciados para siempre jamás el sentido común y la justicia?
¿No nacieron para caminar juntos, el sentido común y la justicia?
Lo mismo ocurre con otro escandaloso caso de negación de la justicia y el sentido común: ¿por qué no se legaliza la droga? Y el país que más drogadictos tiene, Estados Unidos,
¿qué autoridad moral tiene para condenar a quienes abastecen su demanda? ¿Y por qué los grandes medios de comunicación, tan consagrados a la guerra contra el flagelo de la droga, jamás dicen que proviene de Afganistán casi
toda la heroína que se consume en el mundo? ¿Quién manda en Afganistán? ¿No es ese un país militarmente ocupado por el mesiánico país que se atribuye la misión de salvarnos a todos?
¿Por qué no se legalizan las drogas de una buena vez? ¿No será porque brindan el mejor negocio para las mafias, el mejor pretexto para las invasiones militares, además de brindar las más jugosas ganancias a los grandes bancos que en las noches trabajan como lavanderías?

A veces terminan mal las historias de la Historia; pero ella, la Historia, no termina. Cuando dice adiós, dice hasta luego.

(Eduardo Galeano)

 

 

El derecho al delirio

Aunque no podemos adivinar el tiempo que será, sí que tenemos, al menos, el derecho de imaginar el que queremos que sea.

En 1948 y en 1976, las Naciones Unidas proclamaron extensas listas de derechos humanos; pero la inmensa mayoría de la humanidad no tiene más que el derecho de ver, oír y callar.

¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado derecho de soñar?

¿Qué tal si deliramos, por un ratito?

Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible:

El aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones.

En las calles, los automóviles serán aplastados por los perros; la gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor.

El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas.

La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar; se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega.

En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo.

Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.

Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.

Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos.

Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.

La solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo.

La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero.

Nadie será considerado héroe ni tonto por hacer lo que cree justo en lugar de hacer lo que más le conviene.

El mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra.

La comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos.

Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión; los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle.

Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos.

La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla.

La policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla; la justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda.

Una mujer, negra, será presidenta de Brasil y otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América.

Una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú.

En Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.

la Santa Madre Iglesia corregirá las erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo.

La Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: «Amarás a la naturaleza, de la que formas parte».

Serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma.

Los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos son los que se desesperaron de tanto esperar y los que se perdieron de tanto buscar.

Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de justicia y voluntad de belleza, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando hayan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo.

La perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses.

Pero en este mundo chambón y jodido, cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero.

                                                            (Eduardo Galeano)

 

 

UN BAÑO ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE:

Las dos orillas del Mediterráneo

En una orilla, cebados y dormidos, creen saber,                                 en la otra, despiertos y hambrientos, saben a que sabe el hambre.

En una orilla, agobiados por la eterna búsqueda,                          necesitan ansiosos creer que han encontrado.                                                             En la otra aún no hay tiempo para naderías.

En una orilla, la pupila vacua de la soberbia.                                                      en la otra, los ojos vacíos de la necesidad,                                          en ambas orillas, tristes miradas tristes. 

En una orilla, un dios, de nombre Dios,                                                         en la otra un dios, el mismo, pero de nombre Alá.                                     En ambas, la codicia alimenta la falsa diferencia. 

En una orilla, la historia del olvido,                                                           en la otra, el olvido de la historia.                                                                                  En ambas, la necesidad de olvidar. 

En una orilla el ayer de una orilla,                                                           enfrente, el mañana de la otra orilla.                                                                Entre ambas, el hoy siniestro de una pesadilla. 

En una orilla, a ciegas, se intenta saltar al paraíso.                                    En las playas del paraíso, otra vez, un cuerpo inerte.  

¿Cuándo se podrán cruzar las dos orillas sin que el viaje sea un baño entre la vida y la muerte?                                                                          F. Antonio Vidal - Nekovidal  - nekovidal@arteslibres.net                           

 

 

 THE WATERS BETWEEN LIFE AND DEATH:

The two shores of the Mediterranean 

On one shore, bloated and somnolent, they believe they understand.                                                                                                                On the other, awake and starving, they understand the taste of hunger.

On one shore, weighed down by the interminable search, they anxiously need to believe in what they have found.                                                                               On the other there is no time yet for trivialities.

On one shore, the empty pupil of arrogance,                                                       on the other, the empty eyes of need,                                                                                        On both shores, sad, melancholic stares.

On one shore, a god named God,                                                                                       on the other, a god, the same god, named Allah.                                                 On both, cupidity fuels the spurious distinction.

On one shore, a history of obliteration,                                                                                                on the other, the obliteration of history.                                                                                                                         On both, the need for oblivion.

On one shore, the yesterday of that shore,                                                        opposite, the tomorrow of the other’s shore.                                          Between both, the fateful today of a nightmare.

On one shore, gropingly, the attempted leap to paradise.                                           On the beaches of paradise, yet again, lifeless limbs.

Will it ever be possible to tread the two shores, and the waters not be a journey between life and death?
                                                                                                                                 
F. Antonio Vidal - Nekovidal  -
nekovidal@arteslibres.net                                                    Traducción español-inglés: Chris Beynon 

 

 

 

 

ASAMBLEA HOOPONOPONO
 

“Hooponopono” es una palabra que se usa en las islas del Pacífico Sur.

Significa en polinesio “volver a su estado correcto”, o “enderezar lo que está torcido” y es un efectivo sistema para resolver conflictos sociales o interpersonales, sin recurrir al uso de la fuerza o la coacción sino mediante el diálogo.

Un ejemplo de una asamblea hooponopono:                                                      Un niño, por ejemplo Juan, le ha puesto la zancadilla a Maria. Las dos familias y los amigos se reúnen para hablar bajo la moderación de un anciano. Primero, confirman que los hechos han sucedido tal y como se ha dicho. Después todos tienen que hablar sobre su parte de responsabilidad en esos hechos, incluso aunque sea sólo una responsabilidad lejana o indirecta. De esta forma, cada una de las personas implicadas directa o indirectamente, en vez de buscar responsables o culpables en otras personas, intenta reflexionar sobre qué es lo que podría haber hecho mejor para evitar el problema surgido y cómo se puede prevenir de cara al futuro.

Se buscan, dialogando entre todos (familiares, amigos, vecinos, etc.) las razones que dieron origen a la conducta del niño: Discusiones familiares, conflictos en el colegio, malas relaciones con los amigos, etc.

Posteriormente, el anciano que hace el papel de moderador pregunta uno por uno a todos los asistentes qué van a hacer para no repetir el mismo error en el futuro.

Después quien ha provocado el problema, Juan en este caso, pide disculpas por su acción y propone un castigo para si mismo.

Por último, todos escriben en un primer papel sus acciones u omisiones que contribuyeron a crear el conflicto y en otro papel su compromiso personal de cara al futuro para resolverlo.

El anciano lee y conserva el segundo papel, quema los primeros y se da por terminada la asamblea. Es uno de los tantos sistemas de convivencia que ha creado el ser humano a lo largo de su historia a fin de conseguir convivir pacíficamente con sus semejantes. Si abandonamos el etnocentrismo que nos ciega y nos hace creer que no hay otros sistemas, o sistemas mejores que los de la propia cultura, nos sorprenderemos al descubrir cuanta sabiduría se esconde en nosotros mismos.

                         

 

    

                  

 

MÚSICA PARA LA PAZ

Todos oyeron la nueva música, la que les recordaba que eran mortales y compartían ese miedo, que a todos iluminaba el sol y a todos helaba el frío de la noche, que la misma sangre corría por sus venas, que a todos regalaría la vida un puñado de placeres y dolores, que, irremediablemente, todos tenían el mismo origen y el mismo destino . . . y que nada eran los unos sin los otros.

Oyeron la nueva música, la que habían creado sin querer, entretejiendo el latir acompasado de sus corazones y la diáfana luz de sus frágiles sueños. La oyeron, la cantaron con una perfección insultante, la disfrutaron, la compartieron y, casualmente, nadie cometió la torpeza de juzgarla. Era la música de la paz.

Nekovidal 2010 – nekovidal@arteslibres.net

                         

 

 

                    

 
MÚSICA PARA LA PAZ

El edificio estaba lleno de las llamadas personalidades sociales célebres, los suelos alfombrados, modales exquisitos y una mezcla de perfumes caros en el ambiente. Sonaba la música rebotando en las mil aristas de la sobrecargada decoración del patio de butacas. Avanzaba progresivamente entre silencios minúsculos, envolviendo con sus vibraciones cada átomo de los asistentes. La pieza se llamaba “Exaltación de la paz”.

Ya en los últimos acordes, sólo los ojos del director de la orquesta y los del portero del teatro estaban empañados. Los demás mantenían sus miradas dignas, secas y frías.

El director, extasiado ante una interpretación que sentía como perfecta, no podía contener las lágrimas. Al portero la obra le recordaba a su hijo, ahora músico callejero, que ensayaba esa pieza cuando aún era adolescente y vivía con él.

¿Estaba la paz en esos ojos o en la misma música?

Nekovidal 2010 – nekovidal@arteslibres.net

 

                      

 

 

                       

UTOPÍA

Busquemos serenamente en nuestro interior y veremos que todos estamos llenos de utopías, de ideas sin aparente soporte racional, de ideas tan abstractas como irreales, de ingenuos sueños que ni sabemos de donde surgen: Utópicamente creamos y cuidamos la vida como antes hicieron con nosotros, siempre olvidando que un simple gesto de la muerte nos puede arrebatar en un instante todo cuanto queremos. Utópicamente construimos durante años amistades, casas, cosas y libros, olvidando, borrachos de utopía, que nada sobrevivirá al paso del tiempo, más que como una mera ilusión. Utópicamente hacemos planes y creamos, siempre sobre la base de la existencia de un mañana tan sólo probable, utópicamente probable.

Así, utopía tras utopía, bailamos con la vida, siempre persiguiendo alguna idea imprescindiblemente inalcanzable, sobre los cimientos de un lugar que no existe o de una idea o un sueño que nunca serán más que eso, ilusiones utópicas de nuestra mente.

Y sobre tan etérea base lo creamos todo, lo mejor y peor que podamos concebir. Día tras día construimos la realidad con ladrillos de utopía, tan imprescindibles para nuestro ser como esa misma realidad que creemos construir.

Nekovidal 2010 – nekovidal@arteslibres.net

 

                      

 

 

                         

UTOPÍA

 

Cruzarán tus mares preñados de mil fértiles ideas,

de las esencias primigenias que nos hacen inmortales,

sin desconsuelo ante la muerte, cotidiana en su ser,

sembradora de vida tenaz, recurso de eternidades.

 

En cada mente una fantasía y en todas estrictas vanidades,

a cada paso el recurso de arañar dudas y sembrar sueños,

cada nueva mañana la memoria como consuelo del ayer,

y en cada ocaso la absurda fe en lo que debe o no debe ser.

 

Dejemos que lapide la brisa a quien hoy siembre tormento,

que se consuelen sin ira los pobres espíritus de recurso tardío,

Mañana, en la picota o en la hoguera, súbita como un vahído,

estarás, como siempre, hermana Utopía, y al verte incombustible,

dirán, con la humeante antorcha aún en la mano, sin un lamento,

otra vez tus tristes verdugos, quienes en tí nunca han creído:

“Yo siempre he estado con ella. Ya sabía que era indestructible”.

                        Nekovidal 2010 – nekovidal@arteslibres.net

 

                      

 

 

                       

OTRO MUNDO ES NECESARIO, ESTE ES IMPOSIBLE 

Al día de hoy estoy bien, me encuentro bien y tengo una vida equilibrada. He descubierto que puedo ser feliz sin necesidad de grandes cosas y lo único que me preocupa es el destino de los demás y el futuro que dejaremos. No vivo ajena al mundo que me rodea y este tiene muchas carencias que para mí son muy importantes. No me gusta regodearme en la basura si no es para limpiarla o darle una función útil. Buscar culpables y echarles la culpa de lo que ocurre sin hacer nada al respecto me parece una gran estupidez, por eso, tengo que analizar lo que pienso y lo que creo y actuar en consecuencia.

La crisis económica mundial, los conflictos bélicos, el aceptar que mueran todos los días un montón de niños de hambre, el que la mayoría de la gente se encuentre mal ya sea económica, física o psicológica es causa del sistema socioeconómico que tenemos en el que las cosas, cualquier cosa, vale más que las personas, cualquier persona. Donde la libertad ofertada es para conseguir dinero sin importar a costa de qué o para evadirte de la realidad frustrante que nos rodea, por eso tenemos que pensar soluciones al problema global porque es el futuro de la humanidad el que está en juego.

Deben establecerse unas reglas mínimas políticas y sociales para convivir con las necesidades básicas cubiertas en este mundo global. Donde el poder económico tenga límites adecuados, para que el dinero se gane con trabajo y no especulando o con el trabajo de los demás. Donde los políticos sirvan a su pueblo y no se sirvan de su poder para su propio beneficio. Donde la manipulación política, informativa o para cualquier otro uso se considere un delito. Donde los avances científicos sean patrimonio de la humanidad.

Son muchas las cosas que están fuera de mi mano pero siempre podemos mejorar nuestro alrededor dando pequeños pasos, pero en grupo podemos conseguir avanzar más rápidamente, en nuestro día a día y en nuestro entorno.

Creo que en mayor o menor medida todos y cada uno somos responsables del mundo que tenemos. No creo que la solución venga de arriba sino que necesitamos ponernos las pilas, analizar nuestros errores, asumir nuestras responsabilidades y trabajar en equipo.

La sociedad está girando tan deprisa que no nos podemos quedar parados ni ir marcha atrás, sino que debemos adaptarnos a este movimiento y caminar con él.

Son muchas las personas que nos están invitando a que reinventemos valores universales que nos ayuden a convivir en armonía.

Si no somos capaces de convivir con quien está a nuestro lado y con quien tenemos objetivos en común es imposible que podamos hacerlo con los que son diferentes y nos resulten ajenos. Pero es ahí donde está una de las claves necesarias “el aceptar la diferencia” porque todos somos diferentes y mientras se nos reconozca y respete nuestra diferencia se nos está reconociendo nuestra individualidad y nuestra unicidad. Todos tenemos una necesidad de que así ocurra. La sociedad se enriquecerá en la medida en que sea capaz de aceptar la pluralidad que hay en ella.  Junto a esta necesidad hay otra que parece opuesta pero es su complementaria y es la de sentirse integrante de un grupo homogéneo o de intereses u objetivos comunes. Esta necesidad es la que nos hace relacionarnos con las personas o grupos afines a nosotros. Algunos desequilibrios entre la identidad personal y la pertenencia al grupo están presentes en los grupos violentos donde al otro se considera enemigo por el mero hecho de no pertenecer a su grupo.

Una vez reconocidas estas dos necesidades hay que saber encauzarlas y darles forma para que sean respetadas en todos los ámbitos, así será más fácil integrarlas en la sociedad aprovechándose mutuamente.

Un aspecto en el que tenemos muchísimo que aprender es en el diálogo y el respeto a las ideas de los demás.  La mayoría de las veces hablamos monólogos en grupo, donde, quitándonos la palabra, lo que realmente nos interesa es escucharnos a nosotros mismos. Es sorprendente como personas que nos consideramos muy tolerantes reaccionamos agresivamente cuando discutimos con alguien en vez de defender nuestros puntos de vista asertivamente. Personalmente tengo a veces  dificultad para comentar cosas con las que no estoy de acuerdo o defender posturas antipopulares. Hay mucho camino que andar pero es fundamental hacerlo.

El consumo ha sido el motor de la sociedad y nos ha manipulado mucho más de lo que creemos. ¿Por qué vivimos tantas personas solas? ¿Cuántas relaciones tienen el mismo esquema de usar y tirar? ¿Quién se beneficia de esto?

Tenemos que aprender a convivir superando los mensajes consumistas que nos tienen subyugados. Necesitamos muchas menos cosas de las que creemos y mucho más compartir ideas y sentimientos que nos hagan crecer como personas.

Libertad no es hacer lo que nos apetece, eso es capricho que facilita el consumo. La verdadera libertad es el derecho a hacer y expresar lo mejor de uno en beneficio propio y de los demás. La libertad nos enriquece porque a través de ella sacamos lo mejor de cada uno. Es increíble lo tapado que está este concepto y lo cerca que lo encuentro de la creatividad y el desarrollo personal. ¿Cuánta gente se siente insatisfecha de su vida porque no se siente realizada? ¿Cuánta juventud deprimida y sin saber qué hacer? ¿Cuánta persona infrautilizada? Hay un gran capital humano del que se podría aprovechar la sociedad y por el contrario se está malgastando. Por el contrario, es increíble la incompetencia que hay en la administración y en las altas esferas.

Todo esto que ocurre a nivel general también ocurre a nivel individual pues estamos tan acostumbrados a desaprovechar lo realmente importante que no llegamos a conocer a las personas de nuestro alrededor. No conocemos sus capacidades, sus necesidades, lo que piensan, lo que sienten; nos quedamos en el escaparate, en lo típico o en el tópico.

Cuando estamos en un grupo tenemos el derecho y el deber de utilizarlo en las dos direcciones es decir que el grupo nos enriquezca y que a la vez crezca con nuestras aportaciones.

Sinceramente, pienso que si no estamos conformes con este mundo, tenemos que ayudar a transformarlo.

Lola Carmona

 

 

                         

OTRO MUNDO ES POSIBLE

Sé que otro mundo, mucho mejor, es posible, y no lo sé por el empuje de una ilusión juvenil que ya no poseo, sino con la certeza de quien tiene por costumbre mirar hacia atrás.

Lo sé porque aún recuerdo la sonrisa burlona de ciertos hombres grises cuando en mi infancia oían que algún día las mujeres, media Humanidad, llegarían a la igualdad, y hacia ella se dirigen, poco a poco pero imparables, ya en medio mundo.

Lo sé porque he leído las actas de las burlas que en los distintos parlamentos se hicieron a los llamados utópicos de entonces, hace apenas un siglo y medio, cuando hablaban de abolir la esclavitud. Hoy sonreimos viendo a un afroamericano dirigiendo el imperio, y los burladores vocacionales pasan a ser, una vez más, los burlados por la historia.

Lo sé porque los más sanguinarios y dementes de nosotros, llámense Hitler, Stalin, Franco o Bush, no han conseguido nunca parar la historia, sino apenas frenarla a un precio sangriento.

Lo sé porque he visto una y otra vez la repetida negación de quienes temen y niegan la utopía, y su repetida derrota a manos del tiempo y la esperanza.

Sé que otro mundo mejor es posible porque ni el hombre más cruel y enfermo ha conseguido crear cárceles para los sueños ni veneno tan poderoso que mate todas las ilusiones humanas.

Sé que otro mundo es posible porque siempre ha habido y habrá más personas imaginando la paz que preparando la guerra, y transformar cuanto crea nuestra mente en hechos y objetos está en la misma esencia de nuestra naturaleza humana.

Sé que otro mundo es posible porque la fuerza de la vida anida dentro nuestro acompañando a miedos e ilusiones, sobreviviendo siempre al dolor de las derrotas, curando cada herida con un bálsamo de esperanza, sintiendo el placer de construir incluso aquello que sabemos con seguridad que nunca llegaremos a disfrutar.

Sé con total certeza que otro mundo es posible porque el de hoy, mucho mejor que el de hace tan sólo un siglo, también dijeron nuestros hermanos de mente estrecha de entonces, que nunca sería posible, y hoy es nuestra realidad cotidiana.

Nekovidal 2009–nekovidal@arteslibres.net

 

                      

 

 

                       

 

OTRO MUNDO ES POSIBLE

Arcadio Pelotero se sentía el centro del mundo. Vivía en una zona ligeramente elevada del país, con unas vistas inmejorables hacia los cuatro costados. No costaban sus propiedades de límites definidos, lo que representaba algunos problemas jurisdiccionales pero que se resolvían en su mayor parte gracias al buen hacer de Octópata Aracnín, el juez de paz que mediaba en los asuntos del país. Su forma de gobierno era muy sencilla: cada uno de los habitantes del país podía utilizar los recursos que necesitase para su subsistencia y alimentar a su prole, utilizando sólo aquellos materiales de desecho que no importunasen el normal desarrollo de la piel, del manto humano, sin penetrar demasiado para no producir reacciones de irritación de la madre nutriente, lo que traería como consecuencia tormentas, tempestades y terremotos, con sus consiguientes desastres para la población epidérmica de muertes y desapariciones. No todas las especies animales que poblaban la corteza humana tenían las mismas necesidades: algunos eran celulívoros, carroñeros otros; unos se alimentaban apenas de pequeñas bacterias, que a su vez vivían apenas de la capa atmosférica que rodeaba la superficie, o de sus manantiales salados. Infinidad de especies se repartían el territorio, entremezclados, aprovechando al máximo los recursos: hongos, bacterias y protozoos eran muy abundantes, con poblaciones tan concentradas que a menudo desestabilizaban el equilibrio ecológico, obligando a intervenir a la especie superior acárida. No faltaban tampoco los caníbales, aunque estos tenían que trabajar con sigilo pues su actividad no era bien vista por la especie superior, la de Arcadio, que no dudaba en atarlos a algún grueso pelo o introducirlos en algún poro y dejarlos morir de inanición o intoxicación respectivamente. La especie superior, los ácaros, aunque divididos en miles de razas que ocupaban cada una un diferente nivel alimentario, consideraban tabú comerse entre ellos, un acto totalmente indigno de seres civilizados. Tampoco estaba permitido tener relaciones sexuales entre razas, cosa repugnante y desnaturalizada según los pensadores de la época.

Su sociedad tenía por tanto unas reglas sencillas y todos vivían con parquedad.

Un mal día llegó a su país, como ocurría tantas veces, trasportados por un fuerte ventarrón acompañado de inmensas gotas de agua salada, un grupo de ácaros nunca vistos en él. Se trataba de tres hembras entradas en años que inmediatamente pidieron asilo, alegando que de dónde venían habían sufrido un ataque químico de naturaleza desconocida y que el resto de su pueblo había sido sin duda totalmente aniquilado. Clota, Láquesis y Átropa entraron así a formar parte de la sociedad que les dio asilo. Octópata Aracnín no quedó sin embargo muy convencido con la nueva adquisición. Y no andaba equivocado: poco tiempo después las tres bienvenidas dejaron salir de sus vientres millones de huevos que eclosionaron de inmediato y, trasportados por cualquier movimiento atmosférico se introdujeron en sus traqueas, asfixiándolos hasta la muerte.

La epidermis quedo desnuda de ácaros y, roto el equilibrio natural, otras especies mal adaptadas tomaron el relevo. El caos se extendió por toda la corteza humana, ardían fuegos por todas partes y las luchas entre las especies resultaron tan encarnizadas que se extendieron más allá de los confines de la piel, penetrando en otros mundos interiores, hasta que por fin sólo los grandes gusanos carroñeros sobrevivieron, alimentándose de los despojos de lo que un día fue todo un universo, convirtiéndolo en un montoncito de polvo cósmico que pronto se esparció por la nada.

Diego Pérez Sánchez

  

 

                       

 

UNA MIRADA… (¿UN NUEVO HOMBRE?)

Franjamares

 

Todo va al mar y del mar todo llega,

vienen los ríos rodando, los vientos, las tormentas.

La mar inmensa se ondula de placer agasajada por la luna.

Un solo mar extendido sobre Gaia,

en la piel adolescente de una sola tierra.

 

Una mirada inocente al verde glauco de las olas.

Un silencio de placer a las crestas de espuma del gigante,

que hacen soñar con la belleza primera,

que salpican los carrillos de tu alma.

 

Una mirada, esta vez de vergüenza,

a la mácula nauseada del sueño ido del hombre,

aprendiz de demiurgo, separado de su fuente,

nadando a dentelladas entre plásticos y peces,

soltando aliento fétido en chimeneas que no calientan hogares,

envenenando el aire, el agua, la tierra…

con el fuego fatuo de sus vanidades.

 

Todo va al mar y del mar todo llega.

Vienen los sueños, las palabras, las caricias.

La grandiosa azul nos hace gotas saladas en el ciclo de la vida.

Un solo océano sugerido de ondas y corrientes

como sangre de la tierra.

La madre Gaia, amante de la Luna, fecundada por el sol

cuyo semen de luz es plasma cebado de guirnaldas,

de galaxias y de estrellas.

 

Todo va al mar y del mar todo llega.

¿Llegará el nuevo hombre?, ¿romperá aguas

en un nuevo mundo de luz?

¿Vendrá del presente franqueando el pasado?

¿O quedará sólo la huella borrada sobre la arena?,

¿el rastro de un tipo envanecido, desaparecido,

que jugaba a no ser hombre, y pasó sin gloria ni pena?

Franjamares

 

 

 

                      

 

SE EQUIVOCÓ LA PALOMA

Los dos bloques llevaban tres años y medio de guerra infernal. No quedaban ya soldados mayores de veinte años, ya pronto sería una guerra de niños. Hasta las bestias miraban asombradas la inexplicable bestialidad de los hombres. Los medios de comunicación del frente eran ya sólo palomas mensajeras, pues las bombas magnéticas habían inutilizado los que se creía avanzados sistemas informáticos, y hasta la electricidad llegó a ser un lujo. Era, como siempre, una cuestión de codicia y orgullo entre líderes insensibles y desquiciados lo que hacía imposible detener la carnicería: ambos habían jurado por su honor que nunca darían el primer paso para solicitar la paz o detener el conflicto, del que esperaban salir victoriosos. Daniel, a sus ocho años, era plenamente consciente de la situación: pronto su único hermano mayor vivo, de apenas quince años, sería llamado a filas como antes lo habían sido sus otros dos hermanos mayores, ya enterrados en alguna fosa común del frente. Daniel había criado y domesticado dos palomas, a las que más de una vez tuvo que evitar con ruegos que no terminaran en la paupérrima olla familiar. Haciendo uso de su natural habilidad para la copia, que tan buenos resultados le había dado en las pocas clases de dibujo a las que pudo asistir, escribió dos mensajes idénticos: “DEN ORDEN DE ALTO EL FUEGO INMEDIATO, NOSOTROS YA LA HEMOS DADO”.

Las dos palomas sobrevolaron los campos calcinados y en apenas ocho horas se detuvo el ya cotidiano traqueteo de la artillería y pronto comenzaron las celebraciones en las ciudades cubiertas de escombros.

Los líderes transmitieron idéntico mensaje:”Hemos vencido, ellos han claudicado y rogado la paz”.

Aún pasaron tres días hasta que se descubrió el engaño: ninguno de los mandos militares había enviado el mensaje, era una falsificación, posiblemente de los servicios secretos del enemigo, decían. Los jefes militares de ambos bandos intentaron volver a la contienda, pero, tanto en la población civil como en los agotados soldados, la euforia de los últimos días se transformó en inmensa indignación y las órdenes, incluso bajo la estricta disciplina militar, fueron masivamente desoídas. Era imposible volver al combate, a la guerra, al odio: ya todos habían recordado el casi olvidado sabor de la paz y sabían que no habían sido las palomas quienes se habían equivocado.

Nekovidal 2010 – nekovidal@arteslibres.net

 

                      

 

 

        

 

MÚSICA PARA LA PAZ

 Silencio ensordecedor, el de una ciudad sin habitantes.

No hay banda sonora posible sino el mutismo para el desolador panorama que se nos presenta tras una Tercera o Definitiva Guerra Mundial.

Y aunque por entonces ya no quedase nadie que pudiera apreciar lo perdido, hoy sí pueden imaginar que una de las cosas que más echaría de menos un hipotético superviviente sería, sin duda alguna, la música.

Por eso hoy piden Música para la paz, apelando a la cordura y la sensibilidad de estas bestias, estos seres humanos.

Y Paz para no perder uno de los siete, o infinitos artes que esas mismas bestias, estos seres humanos, en otras ocasiones y circunstancias, somos capaces de crear.

 Sara Vidal Tanaka sara_3157@hotmail.com

 

                       

 

 

                  

OTRO MUNDO ES POSIBLE

Dedos suaves como el culito de un bebé.
 

Por mucho que no utilices ni cremas, ni pomadas, ni seas el último eslabón (público consumista) del millonario negocio de los productos cosméticos, te sientes inevitable –y desagradable- mente burgués al tocar las manos de un vendedor de La Farola.(*)

¿Cuántas vueltas tendrá que dar la Tierra hasta que llegue el día en que los cuatrocientos tipos de lociones hidratantes existentes dejen de ser compradas “por necesidad”, y La Farola deje de necesitar ser vendida?

 

(*)La Farola es un periódico que se edita en varios países de Europa y que es vendido por indigentes, a fin de que obtengan lo mínimo para sobrevivir. Se vende a 2 euros, de los que 1 es para el vendedor.

Sara Vidal Tanaka sara_3157@hotmail.com

 

                      

 

 

                       

 

UN HOGAR EN EL MUNDO

Un hogar en el mundo para ser… y para hacer.

Un sitio hermoso clavado en el espacio,

en el paisaje limpio tras la tormenta,

fajado al lapso sucesivo del instante sagrado.

 

Una dimensión de clarividencia y justicia

que nos salve de la ceguera y las caridades.

 

Un hogar de niños de ojos abiertos,

derramados de preguntas;

de hombres de sonrisas blancas como la harina

y mujeres con la sangre de Gaia con cada luna.

 

Un rodal que se expande por doquier

para gente amable y sin dogmas.

 

Un poblado de sujetos consumados,

que no consumidos por el consumo.

 

Un lugar extenso para la Libertad del Ser:

cometa al viento, volando, sostenida por hilos de seda:

cordel de hombres libres y gregarios concientes de su reflejo.

 

Un hogar de silencios nutritivos,

de palabras entendidas, de voluntades e intentos,

de luz de sombras ardidas

y de conocimiento.

 

Un paradigma hecho con todas las culturas del mundo:

mestizaje del alma, sincretismo del cuerpo.

 

Una calle de adoquines de sol y prójimos conversando,

sin miedos ni prozac… El dolor de la existencia el maestro,

compromiso colectivo el desconsuelo.

 

Una casa caldeada con el calor del fuego,

un espacio fundamental que empieza desde adentro.

 

Un hogar en el mundo para emancipados.

Ya quedan atrás: el humus sangriento de los monarcas,

el karma de próceres dementes (con su ley del juego),

los monjes de reparto,

la triste seguridad del esclavo.

Franjamares

 

 

                       

 

UN HOGAR EN EL MUNDO

He reflexionado bastante sobre este tema sobre todo porque implica nuestra visión de la vida misma.

Desde los anales de la historia la vida de las personas se ha organizado viviendo en grupos organizados según las diferentes necesidades o pautas que nos han acompañado para la preservación de la especie humana.

Es así como hemos desarrollado distintos tipos de núcleos que no necesariamente eran uniones de familias típicas.

En el camino recorrido se llegó en la mínima expresión a una asociación de personas unidas por lazos de sangre. Esto en los últimos tiempos también se esta modificando ya que surgen las familias monoparentales o bien las familias mixtas con hijos tuyos, míos y nuestros.

Pero el hogar, el refugio y el abrigo alrededor del fuego ha acompañado a todos estos núcleos de personas a través del tiempo. La sociedad creció y progresó en base a la relación entre las personas. Hoy por hoy la pobreza, la ignorancia, las  guerras, las drogas, las enfermedades y muchas otras causas, han sesgado a familias tradicionales completas, surgen en el panorama social las organizaciones de personas que se reúnen a veces por fines determinados y a veces con el sólo objeto de compartir algún tiempo y muchas experiencias entre ellas.

En mi vida tuve múltiples hogares, el hogar del que provengo, cálido y amoroso a la vez que restrictivo en ideologías progresistas, el hogar que ocupé al abandonar el primero y que fue mi propio hogar, el que mi pareja y yo creamos y que el tiempo que duró, abrigó tanto a nuestros padres, como a nuestro hijos y a nosotros mismos, este hogar siempre parece el más perfecto ya que esta creado exactamente con lo que hemos atesorado hasta nuestra juventud y abraza ideales propios. Pero este también lo tuve que dejar, los hijos crecen y vuelan, y en su vuelo crean sus propios hogares y abandonan en poco o en mucho, el nido que los albergó. Es a partir de este momento, en el que muchas personas sienten el síndrome del nido vacío, donde tuve que refundar sentimientos y objetivos, sueños y logros, y al verme sola me di cuenta que el hogar, el lugar de cálido refugio, estaba donde yo me sintiera cómoda y feliz.

Si bien es difícil descubrir el nexo entre el tema que hoy nos ocupa y lo que les estoy contando, es sólo un paralelismo para darnos cuenta de la obra que hacen las personas que brindan sus vidas a la contención y educación de niños y jóvenes desposeídos o solitarios sea por la causa que sea, por eso todo mi mensaje va dirigido a mostrarles que el hogar somos nosotros, es el fuego ardiendo que nos abriga el cuerpo y el alma cuando todo lo demás ha fallado, es la persona, sólo una, no más, que ve en su prójimo la necesidad y se brinda a estirar una mano para tomar la suya, es quien no teniendo quizá medios económicos tiene la capacidad de generarlos o bien la habilidad de extender la palabra para que otros, más afortunados económicamente, ablanden sus corazones y colaboren con ellos. Hoy se les llama ampulosamente ONGs. pero a través de la historia siempre hubo personas o grupos de personas que queriendo ayudar han extendido sus manos y sus brazos y todo su amor al mundo más desfavorecido.

Una escuela rural es un hogar, una cama caliente es un hogar, un beso en la frente es un hogar y darle a alguien el poder de la lectoescritura es un hogar. No importa en que lugar del mundo queramos y podamos ubicarlo, el hogar está dentro nuestro cuando lo ofrecemos con amor a quienes nos rodean.

 Alicia Gaona

 

 

                       
 

UN HOGAR EN EL MUNDO
 

Para una hormiga un hogar en el mundo puede ser de forma circunstancial una cáscara de nuez.

En el alfeizar de cualquier ventana, los estorninos hacen sus nidos. Ese hueco es su hogar en el mundo.

La pared de cualquier balcón puede servirle como hogar a una salmandra. Y en las aguas cenagosas de cualquier río encuentran su hogar las ranas.

Al abrigo de la lluvia un gato se instaló entre el hueco de unos sofás abandonados en la calle.

En ese rincón pegado a la lámpara, con un libro entre las manos se encuentra a veces mi hogar en el mundo.

Begoña Ramírez

 

OTRO MUNDO ES POSIBLE

El sabio le dijo: “¡Otro mundo es posible!” y la mujer, todavía con su velo negro secándose las lágrimas contestó: “¡Sí y también el otro!”

Chiara Franchini

 

 

                         
 

UTOPÍA

Hace mucho tiempo que la política está por encima de las personas y no a su servicio.

Como ocurre a menudo con los instrumentos que creamos, nos solemos poner a su servicio y no al revés. Si lo más importante fuera preservar la vida de las personas no habría conflicto de intereses de ningún tipo. El derecho a vivir sería lo más importante. Esto es idealismo, lo que muchos llaman utopía. En el mundo en el que vivimos la vida no tiene ningún valor si no está respaldada por algún tipo de interés mayoritariamente de tipo económico.

Ocurre también cuando la venta de medicamentos se convierte en algo más importe que la salud. De esta forma no se nos medica para preservar nuestra salud sino para mantener un negocio bastante rentable.

El control de patentes y otras muchas cosas hubieran evitado que la salud se convirtiera en un negocio. Otro negocio bastante rentable son las guerras.

Todo sea por la industria. Los nacionalismos, las religiones, las cuestionadas costumbres culturales no son sino pretextos bien orquestados para mantener la industria de la guerra.

Y en medio de todo este fuego cruzado de intereses nos encontramos las personas, con los mismos anhelos, alegrías y tristezas.

Siempre son más las cosas que nos unen que las que nos separan.

Etimológicamente utopía procede del griego: ”ous” que significa no y ”topos”

que significa lugar: no lugar o lugar que no existe. En efecto la utopía se supone aquello que no existe, tenemos pues que ayudar a construirla.

Begoña Ramírez

 

 

 

TERTULIA ENTRELINEAS

"La gran literatura la han hecho siempre los desobedientes." (José Caballero Bonald)

 

Todos los viernes, a partir de las 20.30 horas

Centro Cultural Clara Campoamor

C/ Carabeo, 80 – Nerja (Málaga)

 

Una tertulia y grupo sin líderes, porque todo ser libre es su propio líder.

Un encuentro donde cabe todo, menos el engaño y la hipocresía.

Un lugar donde todo es cuestionable, menos la igualdad.

                        

No es una tertulia literaria clásica, sino un encuentro donde se puede participar conversando o leyendo textos propios o llevando un texto o libro que nos haya impresionado.

Cada semana se proponen dos o tres temas, palabras o frases al azar y quien quiere escribe sobre ellos.

A la semana siguiente se leen los escritos, comprobando con sorpresa los puntos de vista tan diferentes que pueden surgir de distintas miradas sobre una misma palabra o asunto.

Se trata de compartir esa diferencia enriquecedora sin caer en la obsesión por la corrección gramatical, sintáctica o de estilo literario, comprendiendo que, por importante que sea la forma, en el fondo se encuentra la esencia.

http://tertulia-entrelineas.blogspot.com

tertulia.entrelineas@gmail.com

http://www.arteslibres.net

 

 

NO TE DETENGAS

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.

No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión.

La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.

Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.

No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes. Huye. "Emito mis alaridos por los techos de este mundo", dice el poeta.

Valora la belleza de las cosas simples. Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante. Vívela intensamente, sin mediocridad. Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.

Aprende de quienes puedan enseñarte. Las experiencias de quienes nos precedieron, de nuestros "poetas muertos", te ayudarán a caminar por la vida La sociedad de hoy somos nosotros: Los "poetas vivos".

No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...
 

(Walth Withman)