Los verdaderos héroes de la Historia Humana

Los libros de historia, siempre escritos al dictado de los vencedores de alguna guerra o genocidio, están repletos de nombres de reyes, políticos, militares y otro tipo de personajes, cuyo mérito no ha sido más que saber encontrar la forma más rápida de asesinar al mayor número de seres humanos en el menor tiempo posible, utilizando para ello como disculpa el honor, alguna patria, alguna religión o alguna ideología.

Pero la historia de la Humanidad está repleta de otros seres humanos, apenas conocidos por la mayoría, que tuvieron una actitud constructiva, que supieron ayudar a sus semejantes, bien mediante gestos pacifistas o dialogantes que evitaron guerras, o mediante estudios e inventos tecnológicos, a través de la investigación médica, o creando filosofías humanistas. Casi ninguno de ellos ha sido reconocido ni recompensado por la memoria ni la historia oficial.

Creemos que ha llegado el momento de reescribir nuestra historia, poniendo a los reyes, políticos y estrategas militares, en el lugar que les corresponde: el de seres enfermos de ambición y codicia que sólo han provocado dolor y sufrimiento a lo largo de los siglos, y colocando en el altar de la memoria a las personas que se sacrificaron por la paz, el progreso y el bien común, por un mundo algo mejor, del que ahora, los supervivientes, disfrutamos.

Desde aquí queremos rendirles este modesto y merecido homenaje mediante la serie titulada "Los verdaderos héroes de la historia humana", que hoy comenzamos.

 

ARTES LIBRES  

 

 

horizontal rule

 

JANUSZ KORCZAK

Siempre en los conflictos hay ejemplos del bien y del mal. Tras varios post hablando del mal, hoy se va a tratar del BIEN, con mayúsculas. Janusz Korczack es un buen ejemplo.

Nacido en Varsovia, su verdadero nombre era  Henrik Goldsmitz. Era médico, pedagogo, periodista, profesor universitario, escritor. Siempre mostró interés por los niños más desfavorecidos y creó un orfanato en Varsovia.
 

Janusz Korczak

Memorial que recuerda a Korczak en Treblinka


Cuando los nazis desalojaron el ghetto y el orfanato le ofrecieron quedarse en el mismo. Korczak rehusó. Dijo a sus niños que se vistieran de la mejor manera posible, representaron una obra de teatro (La oficina de Correos, de Rabindranath Tagore), y cantando al frente de ellos los acompaño a la Umschalagplatz (lugar desde dónde los judíos eran conducidos a los trenes) y de allí junto con sus niños fue a Treblinka, donde sufrió el mismo destino que ellos. Esto lo presenció Irena Sendler, una enfermera polaca que es otro ejemplo del BIEN.  Dice Irena Sendler: "Subió al tren por la parte de delante. Llevaba al más pequeño en brazos, y a otro de la mano...Los niños iban vestidos de domingo. Llevaban un uniforme de dril azul. Iban de cuatro en cuatro, a paso ligero, sin detenerse, con dignidad, hacia la plaza de trasbordos: la plaza de la muerte. Y ¿que decía el mundo entonces? ¡El mundo guardaba silencio!...Los niños no sabían nada hasta el momento en que las manos asesinas de los criminales alemanes cerraran las puertas de los vagones con destino a Treblinka. Allí morirían....Los más pequeños aprietan muñecos en sus manitas...Korczak echaba mano de su fantasía para distraer a los niños de aquellas atrocidades. Tenía un gran corazón...Y yo lo vi con mis propios ojos"

Hoy Korczak es un ejemplo del bien. Muchas instituciones y colegios llevan su nombre en todo el mundo. En el memorial de Treblinka no queda nada, sólo bloques de piedra que representan a todos los seres anónimos que perdieron allí su vida. El único bloque que lleva un nombre es el de Janusz Korczak.
 

Monumento a Korczak en Yad Vashem (Jerusalén)

 

"Es inadmisible dejar el mundo tal como lo hemos encontrado" Janusz Korczak (1878-1942)
 

 

Publicado por http://medicinayholocausto.blogspot.com.es/2011/02/janusz-korczak.html