¿Hubiéramos admitido
pagar el doble o el
triple por una obra, en
vez de firmar un
contrato cerrado y el
que no cumpla, a la
calle, como hacen con
nosotros?
Además, nos hubiéramos
ahorrado las
comisiones que se
llevan los políticos
corruptos y los
millones de intereses
que cobra la banca
para refinanciar esas
obras inacabadas.
Y
todo hubiera sido tan
simple como una
tarjeta con un chip
protegido, como el que
se usa para las
tarjetas de crédito, y
poder decidir
nosotros, y no una
minoría de políticos y
banqueros, las
decisiones sociales
que nos afectan.
Ejemplo: ¿Solución
inmediata a la crisis?
Ver Islandia
Pero
mientras sigamos
creyendo el cuento del
papelito en la caja
cada cuatro años y
luego a sufrir, poco
cambiará esto.
Al
menos, intentemos
informar al resto de
los ciudadanos,
reenviando estos
datos. Es un primer
paso.
¡¡
DEMOCRACIA REAL YA!!